El duelo: Navegando por las pérdidas
- José Alaniz
- 16 feb 2024
- 9 Min. de lectura

En la travesía de la vida, enfrentamos inevitables desafíos y pérdidas que nos sacuden hasta lo más profundo de nuestro ser. Uno de los compañeros de viaje más cercanos en estos momentos es el duelo, un proceso tan complejo como natural e inevitable, que nos invita a transitar por un mar de emociones encontradas mientras nos adaptamos a la ausencia de algo o alguien que amamos. En este escrito, exploraremos el laberinto del duelo, desde su definición hasta las estrategias para transitar con mayor fortaleza y resiliencia. ¡Acompáñame en este viaje de autodescubrimiento y sanación emocional!
Definición
El duelo es un proceso natural, que experimentamos cuando nos enfrentamos a la pérdida de algo o alguien que consideramos significativx en nuestras vidas. Esta experiencia puede surgir no solo ante la muerte de un ser querido, sino también frente a otras formas de pérdida, como la ruptura de una relación, la pérdida de un empleo, la salud física o incluso la pérdida de una mascota.
Según la teoría de Elisabeth Kübler-Ross, reconocida por su trabajo pionero en el estudio del duelo, este proceso se caracteriza por una serie de etapas emocionales que una persona atraviesa mientras se ajusta a la realidad de la pérdida. Estas etapas, que incluyen la negación, la ira, la negociación, la depresión y la aceptación, no necesariamente se experimentan de manera lineal o en un orden específico. Más bien, el duelo es un proceso individual y único para cada persona, influenciado por factores como la naturaleza de la pérdida, las circunstancias personales y el apoyo disponible.
Etapas
Según el modelo de Kübler-Ross, las etapas del duelo son:
1. Negación: En esta etapa, la persona se enfrenta inicialmente a la noticia de la pérdida con incredulidad y shock. Puede negar la realidad de la situación y rechazar aceptar lo que ha sucedido.
-El reto psicológico en esta etapa es: Enfrentarse a la realidad y comenzar a procesar la pérdida, lo cual puede ser difícil cuando se está lidiando con sentimientos abrumadores de incredulidad y desconcierto. Si se reprime la negación, la persona corre el riesgo de posponer el proceso de duelo y dificultar su capacidad para enfrentar y aceptar la pérdida.
2. Ira: En esta etapa, la persona experimenta una profunda sensación de injusticia y enojo hacia la situación de pérdida. Puede sentirse enfadada con la persona fallecida, con unx mismx, con el mundo o incluso con deidades superiores.
-El reto psicológico en esta etapa es: Aprender a lidiar con la intensidad de la ira de manera saludable y constructiva, canalizándola hacia actividades o expresiones que permitan la liberación emocional. Si se reprime la ira, esta puede convertirse en resentimiento crónico o enojo reprimido, lo que dificulta el proceso de duelo y puede afectar negativamente la salud mental y emocional.
3. Negociación: En esta etapa, la persona intenta encontrar formas de evitar o aplazar la realidad de la pérdida mediante la negociación, haciendo promesas o peticiones a fuerzas superiores en un intento de revertir o cambiar lo que ha sucedido.
-El reto psicológico en esta etapa es: Aceptar la realidad de la pérdida y reconocer que no se puede cambiar lo que ha ocurrido. Si se reprime la necesidad de negociación, la persona puede experimentar sentimientos de culpa o remordimiento por no haber hecho lo suficiente para evitar la pérdida, lo que puede complicar aún más el proceso de duelo.
4. Depresión: En esta etapa, la persona experimenta una profunda tristeza y desesperanza ante la realidad de la pérdida. Puede sentirse abrumada por la sensación de vacío y la ausencia del ser querido o de lo que se ha perdido.
-El reto psicológico en esta etapa es: Sentir y procesar la tristeza de manera saludable, buscando apoyo emocional y enfrentando el dolor de manera gradual. Si se reprime la depresión, la persona corre el riesgo de experimentar un duelo complicado o prolongado, con consecuencias negativas para la salud mental y emocional a largo plazo.
5. Aceptación: En esta etapa final, la persona comienza a aceptar la realidad de la pérdida y a encontrar una forma de integrarla en su vida. Aunque la tristeza puede persistir, la persona comienza a encontrar un sentido de paz y aceptación en la experiencia de la pérdida.
-El reto psicológico en esta etapa es: Encontrar un equilibrio entre honrar el recuerdo del ser querido o lo perdido y seguir adelante con la vida. Si se reprime la aceptación, la persona puede quedar atrapada en el dolor y la tristeza, dificultando su capacidad para encontrar consuelo y seguir adelante.
Redondeando, cada etapa del duelo presenta sus propios retos psicológicos, y reprimir estas emociones puede complicar el proceso de duelo y afectar negativamente la salud mental y emocional a largo plazo. Es importante permitirse sentir y procesar cada etapa del duelo de manera saludable y buscar apoyo emocional cuando sea necesario para facilitar el proceso de adaptación y recuperación.
¿Cómo se vive un duelo normal?
Vivir un duelo normal implica experimentar una serie de reacciones emocionales y cognitivas que varían según la persona y la situación de pérdida. Algunos aspectos a considerar sobre cómo se vive un duelo normal incluyen:
1. Expresión emocional: Durante el duelo, es común experimentar una amplia gama de emociones, que pueden incluir tristeza, ira, culpa, confusión, ansiedad y, eventualmente, aceptación. Estas emociones pueden surgir de manera intermitente y en diferentes intensidades a lo largo del proceso de duelo.
2. Adaptación a la pérdida: Con el tiempo, las personas que experimentan un duelo normal suelen encontrar formas de adaptarse a la pérdida y aprender a vivir con ella. Esto puede implicar integrar la realidad de la pérdida en su vida cotidiana y encontrar un nuevo sentido de normalidad.
3. Apoyo social: Buscar y recibir apoyo emocional de amigxs, familiares u otrxs seres queridxs es fundamental durante el duelo. Compartir experiencias y emociones con personas de confianza puede proporcionar consuelo, validación y una sensación de conexión en un momento difícil.
4. Autocuidado: Durante el duelo, es importante cuidar de unx mismx tanto física como emocionalmente. Esto puede incluir mantener hábitos saludables de sueño, alimentación y ejercicio, así como practicar técnicas de manejo del estrés, como la meditación, la escritura o el arte.
5. Buscar ayuda profesional si es necesario: En algunos casos, el duelo puede ser abrumador o complicado de manejar por sí solo. En estos casos, buscar ayuda profesional de un terapeuta o consejerx puede proporcionar un espacio seguro para procesar emociones, obtener apoyo y aprender estrategias para enfrentar el duelo de manera saludable.
Vivir un duelo normal implica permitirse sentir y expresar una variedad de emociones, adaptarse a la pérdida con el tiempo, buscar apoyo social, cuidar de unx mismx y buscar ayuda profesional si es necesario. Este proceso puede ser único y personal para cada individuo, pero el apoyo emocional y las estrategias de autocuidado son fundamentales para atravesar el duelo de manera saludable.
Duelo Patológico
El duelo se considera patológico, cuando va más allá de lo que se considera una respuesta normal y saludable ante la pérdida. Algunos aspectos adicionales que indican que un duelo puede ser patológico incluyen:
1. Duración prolongada: Aunque el duelo es un proceso individual y puede durar diferentes períodos de tiempo para cada persona, se vuelve preocupante cuando persiste durante un período excesivamente largo, generalmente más allá de los seis meses o un año después de la pérdida.
2. Intensidad extrema de síntomas: Los síntomas de duelo, como tristeza, angustia y desesperanza, pueden ser intensos durante un período normal de duelo. Sin embargo, en el duelo patológico, estos síntomas pueden ser abrumadores y persistentes, interfiriendo significativamente con el funcionamiento diario y la capacidad para disfrutar la vida.
3. Interferencia con la vida cotidiana: El duelo patológico puede afectar negativamente la capacidad de la persona para cumplir con sus responsabilidades laborales/escolares, familiares y sociales. Puede causar un deterioro significativo en áreas importantes de la vida, como el trabajo, las relaciones interpersonales y el autocuidado.
Según el DSM-5 (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, Quinta Edición), el duelo patológico se diagnostica como Trastorno de Duelo Persistente (Prolongado). Los criterios diagnósticos para este trastorno incluyen:
1. Presencia de síntomas de duelo persistente y abrumador, que duran más de 12 meses después de la pérdida.
2. Dificultades significativas para aceptar la realidad de la pérdida.
3. Dificultades para ajustarse a la vida sin la persona fallecida.
4. Síntomas de duelo que causan malestar clínicamente significativo o deterioro en el funcionamiento social, laboral u otras áreas importantes de la vida.
Es importante tener en cuenta que el duelo patológico no es un trastorno mental por sí solo, sino una respuesta compleja y a menudo complicada a la pérdida. Sin embargo, puede requerir intervención profesional, como terapia de duelo o psicoterapia, para ayudar a la persona a procesar su dolor y recuperarse de manera saludable.
¿Cómo se trabaja el duelo patológico?
El trabajo con el duelo patológico implica abordar los síntomas y las dificultades que la persona experimenta como resultado de la pérdida. Algunas estrategias y enfoques utilizados en la terapia del duelo patológico incluyen:
1. Psicoeducación: Proporcionar información sobre el proceso de duelo y los síntomas que puede experimentar la persona. Esto ayuda a normalizar sus experiencias y les brinda una comprensión más clara de lo que están experimentando.
2. Exploración de emociones: Ayudar a la persona a identificar, expresar y procesar sus emociones relacionadas con la pérdida. Esto puede implicar permitirles hablar sobre su ser queridx fallecidx o la situación que causó la pérdida, así como explorar sentimientos de tristeza, ira, culpa o arrepentimiento.
3. Establecimiento de metas: Trabajar con la persona para establecer metas realistas y alcanzables para su proceso de duelo. Esto puede incluir tareas como adaptarse a un nuevo estilo de vida sin la persona fallecida, encontrar formas de recordar y honrar al ser queridx, y reconstruir una sensación de propósito y significado en la vida.
4. Fomento del autocuidado: Ayudar a la persona a desarrollar estrategias de autocuidado para manejar el estrés y el malestar asociados con el duelo. Esto puede incluir técnicas de relajación, ejercicio físico, cuidado nutricional y prácticas de atención plena.
5. Apoyo social: Facilitar el apoyo social y la conexión con otrxs que puedan entender y validar la experiencia de la persona en duelo. Esto puede incluir grupos de apoyo para el duelo, así como mantener conexiones con amigxs y familiares que puedan ofrecer consuelo y apoyo emocional.
Los enfoques terapéuticos específicos pueden variar según las necesidades individuales de la persona y la gravedad de su duelo. La terapia del duelo patológico a menudo implica un enfoque compasivo y centrado en la persona, que reconoce y valida la experiencia única de cada sujeto mientras les brinda el apoyo necesario para sanar y adaptarse a su pérdida.
Sugerencias para evitar el duelo patológico
1. Buscar apoyo emocional: No te aísles durante el proceso de duelo. Busca el apoyo de amigxs, familiares o grupos de apoyo que puedan ofrecerte consuelo y comprensión durante este momento difícil.
2. Buscar ayuda profesional: Considera la posibilidad de buscar la ayuda de un terapeuta o consejero especializado en duelo si sientes que estás luchando por manejar tus emociones o si experimentas síntomas de duelo patológico.
3. Expresar tus emociones: Permítete sentir y expresar tus emociones de manera saludable. Hablar sobre tu pérdida, escribir en un diario, practicar el arte o la música, o participar en actividades que te permitan procesar tus sentimientos pueden ser útiles.
4. Establecer rutinas: Mantén rutinas diarias saludables tanto como te sea posible. Esto puede incluir establecer horarios regulares para comer, dormir, hacer ejercicio y otras actividades que te ayuden a mantener un sentido de normalidad y estabilidad.
5. Cuidar tu salud física: No descuides tu salud física durante el duelo. Asegúrate de comer bien, hacer ejercicio regularmente y descansar lo suficiente para mantener tu bienestar físico, lo que a su vez puede tener un impacto positivo en tu salud mental.
6. Tomarse descansos del duelo: Es importante permitirse momentos de distracción y descanso durante el duelo. Dedica tiempo a actividades que te brinden placer y te ayuden a relajarte, como ver una película, leer un libro, entrar en contacto con la naturaleza o disfrutar de un hobby.
7. Establecer límites: No te sientas obligadx a cumplir con las expectativas de lxs demás durante el duelo. Establece límites claros con respecto a lo que puedes manejar y acepta ayuda cuando la necesites, pero también aprende a decir “NO” cuando sea necesario.
8. Acepta tus emociones: Permítete sentir una amplia gama de emociones, incluida la tristeza, la ira, la culpa o la confusión. No juzgues tus sentimientos y recuerda que es normal experimentar altibajos emocionales durante el proceso de duelo.
9. Cuida tus relaciones: Mantén conexiones significativas con amigxs y familiares que te brinden apoyo emocional durante el duelo. Comunica tus necesidades y permite que otrxs estén ahí para ti en este momento difícil.
10. Practicar la autocompasión: Sé amable contigo mismx durante el duelo y reconoce que estás haciendo lo mejor que puedes en circunstancias difíciles. Permítete sentirte triste, enojadx o frustradx, y recuerda que el duelo es un proceso único y personal que lleva tiempo y esfuerzo.
En Resumen…
El duelo es un proceso natural que experimentamos ante la pérdida significativa en nuestras vidas, como la muerte de un ser querido. Este proceso puede involucrar una serie de etapas emocionales, pero es importante recordar que cada individuo lo experimenta de manera única. Sin embargo, cuando el duelo se prolonga en el tiempo y afecta significativamente el funcionamiento diario, puede convertirse en patológico. En tales casos, buscar ayuda profesional y apoyo emocional es crucial para procesar la pérdida de manera saludable y evitar complicaciones a largo plazo.
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